Desde ADUM dijeron que "hay hartazgo" por parte de los profesores y consideraron que los "destratan".
Para el secretario adjunto de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense -ADUM-, Enrique Romanín, los profesores sienten “destrato” por parte de las autoridades nacionales en las paritarias salariales por eso votaron no reiniciar las actividades después del receso invernal. La medida de fuerza, que se abordará en el plenario general de la Conadu -federación nacional a la que responde ADUM-, podría revertirse antes del receso si se concreta una oferta salarial que se acerque al 35% que reclaman.
Durante la última asamblea de ADUM, con una participación de 70 docentes, con 69 votos a favor y 1 abstención se decidió llevar como mandato al congreso el no inicio de ninguna actividad docente después del 31 de julio. “Es una decisión tomada que se va a llevar al congreso de la Conadu que se realizará entre el 10 y 14 de julio”, precisó Romanin a LA CAPITAL.
-¿Habría una oferta en estos días?
–Hay rumores que habría una oferta cercana al 25% y esto llevaría a un nuevo debate ya que gran parte de los sindicatos no va a querer aprobar una propuesta de ese estilo y otros sí, así que todo se tendrá que debatir.
Parece que el gobierno mantiene la estrategia de mantenernos como un actor al cual desligitimar y que ahora, después de haberse presentado la candidatura de Bullrich, hay más apuro por querer resolver las paritarias. Hasta ahora somos sólo objetos de deslegitimación.
–Hubo alguna instancia similar de llegar a esta altura del año sin definiciones en materia salarial…
-No, la última vez que sucedió algo parecido a esto hay que remontarse a 1994. Ese año ocurrió lo que empezó a suceder ahora, que el gobierno adelantó unilateralmente fondos. Y en ese año de golpe se cerraron las paritarias, en forma unilateral. Acá nos dijeron que no nos poníamos de acuerdo y nos empezaron a dar el mes pasado un 4%, este mes un 6% a cuenta, pero los plazos son más o menos parecidos a los del 94′. En realidad la política del gobierno de entonces es muy parecida a la del actual.
-¿Hay enojo o acostumbramiento a esta situación por parte de los profesores?
-Yo creo que hubo demasiada paciencia. Varios profesores empezamos peleando mucho en marzo y abril y otros nos manifestaron que querían retomar una agenda relativamente normal, por eso bajamos la intensidad de la protesta.
Pero eso que fue una virtud, hoy se está volviendo descontento, hay un consenso mayor de que tenemos que tomar una medida más fuerte porque vamos a estar cerrando una paritaria recién para julio, lo cual es complicado porque vivimos de nuestros salarios y el 60% de los docentes tiene cargo simple, con baja dedicación y remuneración baja por lo tanto, se siente mucho más la no negociación salarial. Así que hay un poco más de bronca y ganas de tomar alguna medida más fuerte.
-La medida de no comenzar las actividades tras el receso, ¿sería inédita?
-Sí, para recordar una medida de este estilo hay que ir al recorte del 13% de 2001. La Última vez que se tomó una medida de este estilo. No es habitual que se decida por parte de nuestra federación esta modalidad de no inicio de clases.
-Se revela entonces malestar…
-Sí, yo creo que hay hartazgo y sobre todo la sensación de destrato porque tuvimos ocho reuniones paritarias y en todas la oferta fue más o menos la misma. La última que tuvimos supone que en el 2017 cobramos el 17% de aumento, el resto en enero de 2018 para llegar a un 22%. Por eso los docentes entienden que esto no es solamente un problema de una discusión, sino que hay un destrato y cierta burla a la hora de la oferta. Comparando además que otros sectores del sistema universitario que tuvieron antes de fin de año pasado un aumento del 23%, como los no docentes. Entonces hay cuestionamientos, no a los no docentes, sino al gobierno que les da un 23% de aumento en tres cuotas juntas y a nosotros nos ofrecen un 22% que recién terminaremos de cobrar el año próximo. Eso genera cierto malestar no con los no docentes, sí con las autoridades.